El primer libro, Harry Potter y la Piedra Filosofal, fue rechazado muchísimas veces por diferentes agencias literaria y por una casualidad una empleada de Bloomsbury vio el manuscrito abandonado, lo leyó y se lo mostró a su jefe a quien le encantó. De no haber sido por ella, el manuscrito hubiera sido echado a la basura probablemente.
Joanne «Jo» Rowling, la escritora de estos magníficos libros, no cree en la magia y sin embargo ha conseguido que su ganancia sea a perpetuidad, esto significa que hasta después de muerta seguirá ganando dinero por los libros, películas y mercancía, tanto así, que es más rica que la Reina de Inglaterra.
La idea de Harry Potter se le ocurrió en 1990 cuando estaba esperando en un tren que se había averiado en el trayecto de Manchester a la estación de King´s Cross en Inglaterra. Sin embargo, tuvo que esperar hasta que pudo poner por escrito sus ideas, porque no tenía ningún bolígrafo...
Los editores de estos libros decidieron poner sus iniciales, "J.K." en la portada de sus libros porque pensaron que los niños nunca comprarían un libro escrito por una mujer.
J.K. Rowling era tan pobre, que al intentar vender su primer libro, escribió a maquina dos copias enteras del manuscrito, por que no tenia dinero para fotocopiar el original.
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